Una de las mejores escapadas que hicimos en el último tiempo con mis hijos dentro de Uruguay fue a la Cuchilla Laureles, en el norte de Tacuarembó. Un tesoro escondido para disfrutar de la naturaleza, con increíbles saltos de agua que parecen de otro país, senderos fáciles de recorrer para los niños, quebradas que forman paisajes únicos y divertidas actividades en las que se respira aire puro. ¿Se animan a visitarla?La localidad de Laureles se encuentra a 80 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó, pero llegar hasta la zona nos llevó casi dos horas. Una buena parte del camino es vecinal y algunos de los tramos están en malas condiciones, pero les aseguro que el lugar compensa lo que cuesta llegar.

Para visitar la Cuchilla de Laureles es necesario un guía, no es sencillo recorrer sus principales atractivos sin conocer el lugar, es fácil perderse y además se encuentran en tierras privadas a las que hay que solicitar permiso para entrar. Es una zona bastante virgen y muy bien conservada, por lo que todos los senderos de Laureles que recorrimos nos sorprendieron por su tranquilidad. ¡No hay casi nadie en ninguna parte!

Laureles forma parte de lo que popularmente se conoce como las “quebradas del norte”, es una zona con una amplia variedad de paisajes y senderos que conducen a pintorescos rincones naturales. Para los que les gusta la naturaleza, es un lugar imperdible, en medio de esa biodiversidad se pueden ver especies muy particulares de fauna y flora. Todas las caminatas se pueden hacer con niños que estén medianamente acostumbrados a caminar y son muy disfrutables. Mis hijos volvieron fascinados con el lugar. Si estás buscando contacto con la naturaleza y una escapada sorprendente dentro de Uruguay, no dudes en apuntar este plan.

Aquí van algunos datos que te van a ayudar a armar la visita:

¿Dónde quedarse? La oferta turística en la zona es pequeña, hay algunas casas que se alquilan y en internet se encuentra alguna posada, pero es un lugar poco explotado por el turismo. Nosotros nos quedamos en la Posada Bichadero, ubicada sobre la Cuchilla de Laureles a casi 300m de altitud, desde donde se puede apreciar una vista panorámica de las cuencas de los arroyos Cañas y Laureles.

La Posada Bichadero es una casa de campo muy sencilla y sin ningún lujo, atendida cálidamente por sus dueños, Darío y Serrana, con los que nos sentimos a gusto. Allí mismo ofrecen desayunos, almuerzos y cenas con comidas caseras elaboradas en el momento. Nos dieron una pequeña casa, con dos dormitorios y baño privado. Fuimos en setiembre y prendimos la estufa a leña porque todavía estaba un poco frío por la noche.

Un plus para los niños. Por la mañana Serrana preparó un rico desayuno, con pan y mermelada casera, luego invitó a los niños para que la acompañaran a darle la leche a los corderitos. ¡Mis hijos se fascinaron y se apuntaron para ir también en la tarde! Mientras desayunábamos vimos muchas especies de pájaros que se acercaban a la casa a comer las naranjas que Serrana les deja colgadas en los árboles cercanos, es todo un espectáculo y una preciosa idea que nos trajimos para probar en casa.

¿Qué ver y visitar en la zona? Nosotros estuvimos dos días en Laureles y desde ahí hicimos paseos guiados con Darío Frost, el dueño del Establecimiento Bichadero.

Senderos y Cascadas: Visitamos los Senderos de los Higuerones, la Cascada de la Cueva, el Salto Grande y la Cascada del Indio, todos lugares que vale la pena descubrir y a los que, sin su compañía, habría sido muy difícil llegar. En la Cascada del indio, que lleva ese nombre por una de las rocas por las que cae el agua, nos pudimos bañar. Después de la larga y calurosa caminata, para mis hijos fue un planazo terminar zambullidos en el agua.

Cabalgata: Otra de las actividades que hicimos con Darío y una de sus hijas en Laureles fue una cabalgata en la que los niños participaron en las tareas de campo. Durante el recorrido le hicieron todo tipo de preguntas, a las que con paciencia y de forma didáctica Darío fue respondiendo con gran amabilidad. En qué época ir: Nosotros fuimos en vacaciones de setiembre, recién entrada la primavera y es-tuvo muy bien durante el día y un poco fresco en la noche. Lo ideal quizás sea finales de setiembre a diciembre o de marzo a mediados de mayo.

Valle del Lunarejo: A esta escapada se le puede sumar la visita al Valle del Lunarejo. Desde Laureles es bastante cerca, se puede llegar por caminos de tierra que te llevan alrededor de una hora o tomar la ruta 5 y luego la 30 rumbo a Artigas.

Laureles nos sorprendió, no nos imaginamos que íbamos a encontrar lugares tan pintorescos en ese rincón escondido del país. A nosotros nos encantó, si están buscando un buen lugar para disfrutar de la naturaleza, la tranquilidad y para desconectarse de la ciudad, seguro que va a ser un gran plan. ¡No se lo pueden perder!.

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